La Cámara Federal porteña confirmó este martes la validez del juicio en ausencia contra diez ciudadanos iraníes y libaneses acusados de haber planificado y ejecutado el atentado a la AMIA, ocurrido el 18 de julio de 1994 en Buenos Aires. De esta manera, quedó firme la resolución del juez Daniel Rafecas y la Fiscalía podrá solicitar la elevación del expediente a debate oral.
El tribunal, integrado por los camaristas Martín Irurzun y Mariano Llorens, desestimó los planteos de inconstitucionalidad presentados por la defensa oficial de los imputados. También rechazó las objeciones de algunas querellas, que habían advertido sobre la posibilidad de un proceso sin pruebas suficientes.
Los jueces remarcaron que la Ley 27.784, que incorporó el juicio en ausencia al sistema argentino, no fue creada exclusivamente para este caso, sino que tiene carácter general y se aplica a crímenes graves y de trascendencia internacional.
Entre los acusados figuran Alí Fallahijan, Alí Akbar Velayati, Mohsen Rezai, Ahmad Vahidi, Hadi Soleimanpour, Mohsen Rabbani, Ahmad Reza Asghari, Salman Raouf Salman, Abdallah Salman y Hussein Mounir Mouzannar. Todos ellos cuentan con pedido de captura internacional y alertas rojas de Interpol desde 2006, aunque nunca fueron detenidos.
En su fallo, el juez Llorens destacó que el objetivo de esta herramienta es “evitar la impunidad” y garantizar que delitos de extrema gravedad no queden sin sanción.
También resaltó la importancia de dar respuestas a las víctimas y a los familiares de las 85 personas que murieron y las más de 150 que resultaron heridas en el ataque. Por su parte, Irurzun enfatizó que se trata de un mecanismo excepcional, limitado a delitos que comprometen al Estado argentino en sus obligaciones internacionales.
La Unidad Fiscal AMIA, a cargo de Sebastián Basso, sostiene que la decisión de perpetrar el atentado fue adoptada por las máximas autoridades de Irán y ejecutada por la organización Hezbollah.
En casi tres décadas de investigación, la Justicia argentina envió 17 exhortos diplomáticos a Teherán, aunque solo uno recibió una respuesta formal, en la que el régimen negó toda colaboración.