Boca Juniors se fue del Mundial de Clubes 2025 y de manera más dolorosa posible: eliminado en fase de grupos con una derrota, dos empates y sin victorias.
Con la ilusión de una histórica goleada contra el semiprofesional Auckland City, que no se dió logrando apenas un empate y el triunfo de Benfica por 1 a 0 al Bayern Múnich, Sil goles y ese resultado del conjunto portugues, dejo al equipo xenieze sin chances de clasificación.
Boca había logrado abrir el marcador a los 25 minutos del primer tiempo gracias a un insólito gol en contra del arquero del Auckland City, Nathan Kyle Garrow, quien al final se convirtió en la figura del encuentro . Sin embargo, en el complemento, Christian Gray logró el empate para los neozelandeses, que en el papel eran el rival más débil del grupo.
El partido fue demorado por las inclemencias climáticas, pero el resultado final del otro encuentro entre Bayern Munich 0 Benfica 1 hizo que su reanudación sea una mera formalidad para Boca, ya que no tenia posibilidades de avanzar.
El Auckland City, que accedió al certamen como campeón de la Liga de Campeones de Oceanía, había sido la ‘cenicienta’ del torneo, con goleadas en contra en sus dos primeros partidos (10-0 ante Bayern Múnich y 6-0 ante Benfica). La particularidad de este rival es que es el único equipo semiprofesional en la competencia, con jugadores que combinan el fútbol con diversos trabajos como dentistas, agentes inmobiliarios o empleados de empresas. A pesar de su perfil modesto, lograron amargar la tarde a Boca.
La eliminación temprana de Boca Juniors en el Mundial de Clubes es un duro golpe para el equipo y sus aspiraciones, marcando una decepción en su participación internacional.
La particularidad de este rival es que es el único equipo semiprofesional en la competencia. A diferencia de los salarios millonarios y la dedicación exclusiva al fútbol de sus adversarios, la mayoría de los jugadores del Auckland City tienen otros trabajos.
El propio entrenador interino, Paul Posa, se desempeña como odontólogo en Nueva Zelanda, y ha manifestado que «todos los jugadores tienen otros trabajos además de sus compromisos futbolísticos», destacando su «dedicación extraordinaria al fútbol fuera de sus horas de trabajo».
La lista de ocupaciones es variopinta: desde Gerard Garriga, que da clases de fútbol, hasta Conor Tracey, el arquero que trabaja en una tienda de artículos para la construcción, o Nathan Garrow, el actual arquero, quien es estudiante universitario. Los defensores incluyen un agente inmobiliario (Adam Mitchell), un docente (Christian Gray) y un agente de seguros (Nikko Boxall).
En el mediocampo hay empleados de atención al cliente de Samsung y asistentes de ingeniero de obra. En la delantera, un limpiador de autos (Ryan De Vries), un peluquero (Jerson Lagos) y un empleado de una empresa de herramientas eléctricas (Angus Kilkolly).
Angus Kilkolly, por ejemplo, se vio obligado a pedir vacaciones sin goce de sueldo para poder acompañar al club durante casi un mes en Estados Unidos. El capitán, Mario Ilich, que trabaja en el departamento de ventas de Coca-Cola, confesó a The Guardian: «He tomado todas mis vacaciones anuales para este viaje, así que no iré de vacaciones con mi pareja este año, eso es seguro».
Además, un dato contundente que subraya la desigualdad es que los jugadores del Auckland City no perciben salario alguno por su labor futbolística, ya que la legislación de Nueva Zelanda establece un tope de poco más de US$ 90 para gastos básicos.
Gray, al igual que los demás jugadores del Auckland, tienen otras profesiones más allá de jugar al fútbol, ya que en Nueva Zelanda no es un deporte profesional. En el caso del goleador de turno, se desempeña como profesor de una escuela, algo que rápidamente fue tomado con humor en las redes para cargar a Boca. De hecho, hasta se supo que pidió licencia en el colegio para poder viajar a Estados Unidos.