En una ciudad donde el consumo problemático de sustancias arrastra no solo a adultos, sino también a sus hijos a situaciones extremas de vulnerabilidad, el hogar Mahatma lanza una iniciativa que pone el foco en lo esencial: el derecho de los niños a crecer con afecto, cuidados y estabilidad. Se trata de “Abriendo Alas”, un programa impulsado por la ONG Poniendo el Alma, que busca familias solidarias dispuestas a ofrecer un hogar transitorio a niños pequeños cuyas historias están marcadas por el abandono, la negligencia y, muchas veces, la violencia.
Aunque la propuesta se enmarca en el sistema de acogimiento temporal —no de adopción directa—, tiene un objetivo claro: mejorar las condiciones emocionales, físicas y psicológicas de los niños mientras se resuelve su situación legal, muchas veces encaminada hacia la adoptabilidad.
“Muchos de estos bebés llegan al hogar recién nacidos, con cuadros de abstinencia o sin haber sido tocados con ternura. Necesitan un entorno exclusivo, seguro y amoroso, aunque sea por poco tiempo”, explica Gisele Continancia, responsable del hogar Mahatma, que hoy alberga a 17 niños.
El programa busca sumar “familias Colibrí”, es decir, adultos o parejas dispuestos a cuidar a un niño por al menos tres meses. El equipo del hogar se encarga de los aspectos médicos y judiciales, mientras que la familia ofrece el acompañamiento diario: una cama limpia, alimento, contacto humano, afecto.
Este tipo de dispositivos, aunque transitorios, tienen un impacto directo en los procesos de adopción posteriores. “Un niño que ha recibido cuidados individualizados, que ha aprendido a confiar en un adulto, tiene muchas más posibilidades de transitar una futura adopción de forma saludable. Evitamos así institucionalizaciones largas, frías, que dejan huellas difíciles de reparar”, afirma Continancia.
La convocatoria está abierta durante septiembre a través del sitio web www.poniendoalma.com.ar. Las familias interesadas deben presentar antecedentes penales, una declaración jurada de ingresos, y participar en capacitaciones obligatorias durante octubre y noviembre.
El programa no pretende reemplazar el sistema de adopción, pero sí acompañar y preparar a los niños para una eventual familia definitiva, garantizando que durante ese tiempo intermedio no se vulneren más sus derechos.
Detrás de esta propuesta late una crítica profunda al sistema actual: “Muchas madres que llegan con sus hijos al hogar ya han pasado por múltiples dispositivos estatales. El consumo problemático sigue sin abordarse con políticas públicas integrales y sostenidas. El Estado llega tarde, y mientras tanto, hay bebés que esperan”, denuncia Gisele.
“Abriendo Alas” es una respuesta concreta frente a una realidad que golpea fuerte. Pero también es una invitación a pensar la adopción no solo como un acto jurídico, sino como un camino posible hacia la reconstrucción de la infancia perdida. Un camino que empieza, muchas veces, en los brazos temporales de una familia solidaria.