Victoria Villarruel arma su estructura de poder entre militares retirados y busca ampliar sus vínculos políticos

Modificó el organigrama del Senado, desde donde planifica sus próximos pasos; marginada por Milei, mantiene una agenda activa lejos del Congreso
Afuera del entorno presidencial, la vicepresidenta Victoria Villarruel avanza en la consolidación de un esquema de poder propio desde el Senado. En los últimos meses, firmó una serie de decretos que reconfiguraron el organigrama de la Cámara alta y reforzaron su núcleo de confianza, integrado en su mayoría por figuras con pasado militar o vínculos con el ámbito castrense. Ocupa espacios institucionales vacantes y desarrolla una agenda propia en la provincia de Buenos Aires.
En el centro del nuevo armado aparecen tres nombres. Mario Norberto Russo, consultor político con pasado en la campaña presidencial de Javier Milei, fue designado en mayo como director general del cuerpo de asesores, tras la salida de su exvocero, Gaspar Bosch. Su llegada tuvo como objetivo reorganizar la estrategia política de la vicepresidenta. La designación generó controversia: la diputada libertaria Lilia Lemoine recordó que había denunciado a Russo en 2022 por una presunta agresión física.
Otro de sus fieles es Claudio Gallardo, militar retirado del Ejército, con antecedentes en áreas de inteligencia y vínculos con el entorno de César Milani durante el kirchnerismo. Fue nombrado director general de Seguridad del Senado.

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